De Kafka a Kafka by Maurice Blanchot
My rating: 3 of 5 stars
Enfrentarse a Kafka es adentrarse en un mundo incierto, depresivo y hasta cierto punto neurótico, persiguiendo un fin, el fin, sin alcanzarlo. A través del análisis de Maurice Blanchot, basándose en las diferentes cartas a sus amigas y prometidas, así como el famoso Diario publicado por su amigo y editor Max Brod; podemos apreciar a un Kafka atormentado por la búsqueda final del autor: el escribir por escribir. Kafka buscaba el objetivo de su vida en la escritura, atormentado por la relación con su padre, quién nunca pudo entender como era que su hijo prefería pasar el tiempo escribiendo en lugar de ganarse la vida trabajando honradamente. De tal forma, que Kafka siempre estuvo atormentado por ser un burócrata más que no producía nada y simplemente vivía como parásito de la sociedad; no así como escritor. Gracias a esta crisis y autocrítica, pudimos beneficiarnos con El Proceso. Algo similar ocurre con La Metamorfosis, aunque el autor nunca lo consideró una buena historia, de hecho, al terminar de escribirla, la terminó relegando al fondo de su cajón. Quién hubiera dicho que es, quizás, uno de los inicios narrativos más famosos de la historia literaria.
El autor nos lleva también a través de las diferentes relaciones que tuvo Kafka, incluyendo a la famosa Milena, cuya imposibilidad de relación formal, era precisamente lo que provocaba su persecución. Es decir, Kafka estaba destinado a las empresas infructuosas, las relaciones conyugales que nunca se consumarían, la idealización del trabajo literario que tampoco terminaría; pero es su búsqueda del fin último, lo que se admira de Kafka, esa decisión y tenacidad de perseguir lo inalcanzable para lograr una obra. Milena fue quizás, la pareja más próxima a ser una realidad, y es porque sus esponsales no eran posible. Las otras pretendientes, formales e inclusive aprobadas por la familia, nunca llegaron a consumarse por la misma posición de Kafka, de escapar de las ataduras del matrimonio. También podemos ver, ya al final de su vida, la intención de por fin sentar cabeza con la Srita Dora Dymant de 19 años, mientras Kafka estaba en los 40.
Adicional a la notas biográficas, encontramos un análisis de las diferentes obras de Kafka y su situación durante la escritura. También podemos apreciar una diserción sobre la destrucción del lenguaje para la construcción de la historia. Esta es quizás, la parte más “densa” del libro. Entender la destrucción como semilla de creatividad puede resultar tedioso, pero tiene un sentido esclarecedor cuando hablamos de la vida de Kafka y su oficio literario.
El libro es para lectores experimentados, que buscan algo de teoría literaria sobre lo anecdotario del autor. Sin embargo, creo que Maurice abusa de su punto de vista, y siento que busca cantidad más que claridad, de ahí que mi calificación sea de tres estrellas.